Bibliotecas y carnaval

¿Para cuándo la comparsa de la biblioteca?
Participar activamente de un carnaval tiene muchisimos beneficios.
A priori uno podría pensar en la visibilidad de la institución, pero eso en realidad es sólo la frutilla del postre. Los carnavales se preparan durante todo el año y nos presentan la excusa perfecta para trabajar la alfabetización actitudinal.
En principio crean identidad y pertenencia; y el sólo hecho de pensar colectivamente qué tema abordar nos pone en situación de tener que pactar, decidir, proponer un objetivo común, organizarnos, aprender a trabajar en equipo.
También es la antesala de aprender nuevas habilidades y empoderar a nuestros usuarios con sus saberes (coser, pintar, soldar, musicalizar, bailar, comunicar, maquillar y muchas más) .
Por si fuera poco une a las generaciones dado que todos pueden participar. Promover la comunión (unión de nuestra comunidad) habilita a que después puedan abordarse otros objetivos relevantes al barrio o institución.
Si me pongo creativo, puedo pensar temas de las comparsas relativos a personajes o historias que me dan pie a la promoción de lectura y a diversos talleres con un propósito claro y divertido. Podría también repersentar las historias que circulan por el barrio lo que colabora con la memoria colectiva, y aporta materiales para mi colección (fotos, archivos sonoros, audiovisuales). Por otro lado, hablando de memoria, estas experiencias son la imborrables, las anecdóticas que irán pasando de boca en boca asociadas a la biblioteca.
En términos presupuestarios, un proyecto de estas caracteristicas nos abre la posibilidad de presentarnos a diversas convocatorias específicas, a partidas especiales si está bien fundamentado. Podemos crear nuevos aliados estratégicos que no se acercarían a la biblioteca, pero con todo gusto lo harían con una comparsa.
Lo mejor de todo, afianza vínculos y nos une la alegría con un sólo objetivo: celebrar.