Fin de año, pocas pulgas

Cuando realizo la comunicación de mi biblioteca ¿Cómo me estoy sintiendo? ¿Creo en lo que estoy diciendo? ¿Estoy entusiasmado? ¿Creo en lo que estoy haciendo? ¿Tengo una expectativa positiva o negativa? ¿Lo hago a disgusto? ¿Rápido y por compromiso? Eso también impacta en quien me lee, escucha o ve.
Algunos puntos a tener en cuenta para generar contenidos analógicos (un cartel, una charla, un mensaje telefónico, una nota en la radio, etc) o digitales (redes sociales, páginas institucionales, mailings), tienen que ver con esto.
La emocionalidad. Si quiero darme a conocer con alguien, puedo ir a su casa. Sin embargo, no es lo mismo tocar el timbre que entrar de una patada rompiendo la puerta. Lo que parece excesivamente ridículo, a veces se da de modos más sutiles, pero con el mismo efecto. Tener una reunión con una autoridad y usar todo ese precioso tiempo para quejarme o acusarlo de inutilidad, lejos de querer acercarlo, lo aleja. De la misma manera, si quiero entusiasmar a alguien, pero mi cara dice otra cosa, habla de cansancio o desgano, es difícil generar empatía. Lo mismo sucede cuando sólo nos acercamos a nuestro interlocutor para pedir cosas (vení, vení, vení, dame, dame dame) o reprochar (deberías venir o deberías darme), en lugar de ir a escuchar o preguntar.
¿De qué forma puedo acercarme de manera positiva? ¿Qué puedo ofrecerles que sea de su interés? ¿Cuál es el valor de mi propuesta que puede serle beneficiosa? ¿Hablamos el mismo idioma?
El idioma. Si doy el mensaje en húngaro y quiero hablar con argentinos probablemente mi mensaje no llegue a destino. De la misma forma si deseo llegar a un público adolescente usando medios tradicionales o mis propias palabras de adulto, probablemente no tengan el impacto esperado. Así, convocarlos a una “tertulia literaria” a través de volantes con el fin de que asistan jóvenes en edad de escuela secundaria, no es una buena idea.
En su lugar, para saber si estamos hablando el mismo idioma y respondiendo al mensaje y al medio adecuado, debemos preguntar. Sugiero tomar un grupo de muestra y antes de hacer un lanzamiento sondear intereses y averiguar cómo se comunican, de qué forma se enteran de las cosas aquellos a quienes queremos llegar.
¿Qué palabras utilizan ellos para reunirse en lugar de tertulia? ¿Saben y consumen poesía? ¿La escriben? ¿Son capaces de mostrar sus creaciones o les da vergüenza? ¿Qué tipo de literatura consumen y les llama la atención?
Ahora si, con estos dos puntos a tener en cuenta, es el momento de crear. ¿Cómo lo hacen? Los leo.